viernes, 15 de febrero de 2008

CARMEN MAURA en CENTRAL de CINE

El pasado domingo 10 de Febrero la Central contó con una visita ilustre que ha sido la comidilla la última semana. Carmen Maura acudió a la calle Huertas para charlar de cine con la gente del Máster. Lo que sigue es la crónica de casi tres horas (más vino español) de historia del cine.

La Maura venía con el papel aprendido dando la primera lección de profesionalidad. El aula se preparó como un estudio de televisión con público. Dos sillas de director, una cámara y muchas caras curiosas. Una estructura muy parecida a la del recomendabilísimo programa “Inside the Actor’s Studio”.

Nuestra Eva Lesmes tenía un cuestionario preparado pero apenas hizo falta tirar de la lengua a la actriz. Desde el primer momento, con su inseparable perrita, nos contó muchos de los secretos que regalan los años de experiencia. Ella provenía de una vida de niña bien cuando decidió ser actriz, con una hija y otro encargado. Se lo curró en cafés-teatro, cabarets y demás antes de hacerse popular. Una noche le dijeron en televisión “Nena, tú vales mucho” y se convirtió en una de las actrices más conocidas del país. Serían los ochenta y ya había participado en varias películas, especialmente de Fernando Colomo.

De sus primeros trabajos en cine destacaremos una anécdota. En los “Tigres de papel” del mencionado director su primera frase en rodaje era: -¿Dónde está mi colchón? Su naturalidad era tal que por tres veces alguien del equipo técnico dijo, con la cámara rodando: -A ver, ¿Dónde está el colchón de Carmen?. ¿Y cómo se consigue esa forma de interpretar? Está claro que cuando ella empezó la industria no estaba tan consolidada como hoy y se aprendía trabajando; ella parece abogar por no complicarse mucho la vida “Lo que hacemos es tan fácil como cuando jugábamos de pequeños, simplemente un placer” y destaca que después de haberse recorrido España con la furgoneta, trabajar con medios técnicos era facilísimo. Esa es la clave que nos da: disfrutar. En sus primeras pruebas también a ella la rechazaron pero era lo que más le divertía, así que siguió.

En cuanto a las formas de trabajo hay un mensaje que sobresale en todo lo que dice. La letra. Saberse el texto. Jugarlo. Fregar los platos estudiándolo. Ducharse recitándolo y repetirlo sobre la bici del gimnasio. Así, llegar el día del rodaje con todo bajo control para poder relajarse y disfrutar. Esa relajación es también importantísima con el equipo técnico. Ellos son el primer público de las escenas y el único que lo vive en directo, por eso la energía que ellos transmitan afecta a la interpretación. Ya veis, tanto hablar de la maravilla que es la interactividad con el público en teatro y resulta que en cine es tanto o más importante. Y es que el respeto por el público es otra de las enseñanzas que nos ha dejado en la cabeza -“Ellos son quienes hacen perdurar una carrera”. Por eso a veces recomienda trabajar y alegrarse por hacerlo en vez de seleccionar tanto los trabajos y si nos toca promocionar un truño, pues con nuestra mejor sonrisa y la máxima sinceridad posible. No hay que mentir al público, ni interpretando ni en promoción. Ellos son quienes dan de comer a los actores.

Hasta aquí el relato de algunos momentos de una tarde llena de anécdotas. Un último consejo: “Cuando trabajéis moveos como si la cámara fuera ese chico o chica que os encanta en una fiesta. Ni le miras… pero todo lo que haces es para él o ella”.

Aarón Navia

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