La obra evoca de forma cálida y con gran sentido del humor el paisaje interior de una familia irlandesa en 1936 que transcurre en dos planos: el actual, representado por Michael, ya adulto, que dialoga directamente con el público de la sala, para evocar la historia de su familia, representada en el espacio escénico.
La fuerza de esta obra, dirigida por Juan Pastor, se encuentra en la distancia que existe entre la calidez de los sentimientos que comparten entre sí y con el público y la desesperación que habita en sus vidas, vidas que reciben un tremendo impacto al estar situadas en el vértice del cambio de una cultura rural a una cultura capitalista moderna.
La compañía y sala La Guindalera ha sido galardonada recientemente con el premio Ojo Crítico de Teatro 2009 por desarrollar "un proyecto teatral sólido y de calidad" y por su apuesta por los autores renovadores y su carácter pedagógico y formativo.
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