viernes, 10 de julio de 2009

ÁNGELES CON BRILLO


El ángel de melena rubia y sonrisa espectacular resolvió el último caso que tenía encima de mesa y se retiró con un sigilo, poco habitual en ella. Apagó las luces de la oficina, lo dejó todo en orden y se fue. Al cerrar la puerta, su cabeza empezó a ser bombardeada por miles de recuerdos de una vida, que ya no le pertenecía. Los amores aireados en las revistas, las fiestas en Studio 54, aquellos viajes por Saturno 3, las llamadas telefónicas de Charlie, los hombres que pasaron por su vida, el único al que ella amó...

Sin su habitual melena rubia y con la sonrisa resquebrajada por el miedo subió a un tranvía llamado deseo. Por suerte, allí la esperaba su viejo amigo Karl Malden, se sentó junto a él y se le escapó una lágrima. Fue en ese preciso momento cuando Malden la abrazó y le susurró al oído: no temas Farrah, que este solo es el comienzo de una nueva aventura.

Ángel Caballero

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