No podía sacar aquella sonrisa de mi mente y volví al Burguer donde trabajabas. Cada día durante un mes, entre pedidos y cambios fui descubriendo algo más sobre ti. Estudiabas literatura inglesa y no usabas reloj. Recuerdo perfectamente la tarde que me confesaste que soñabas con ser actor porque fue la última que hablamos. Al día siguiente tu jefe me dijo que habías dejado el trabajo. Al cabo de un tiempo hiciste una pequeña aparición en una de mis series favoritas y pensé: ¡lo ha conseguido! Seguí tu carrera con especial interés, los comienzos en las películas para adolescentes, tú primer protagonista en el biopic sobre James Dean y la exitosa Spider-Man. Era evidente tu gran valía a las órdenes de Altman o Cage pero han sido tus últimos y más pequeños papeles los que han demostrado que detrás de esa cara bonita se esconde uno de los actores más prometedores de esta generación capaz de hacerle sombra al mismísimo Sean Penn. La entrega, entusiasmo, constancia y el compromiso con el que has afrontado Milk, me ha reconciliado con Gus Van Sant al que no trataba desde Psycho. Espero seguir disfrutando durante muchos años de esa bestia en la que se ha convertido James Franco.
Ángel Caballero
No hay comentarios:
Publicar un comentario