jueves, 18 de febrero de 2010

UN HOMBRE SOLTERO, según Ángel Caballero

Ha necesitado diez años para enfrentarse a su última y más arriesgada aventura. Como si de un traje de gala se tratara, Tom Ford ha sabido aprovechar al máximo sus materiales. En esta ocasión trabaja con pieles humanas, acompañadas de la voz, el cuerpo y el alma de Colin Firth y Julianne Moore. Dos actores de alta costura, que impregnan sus trabajos de elegancia, sutileza y sencillez. Con puntadas fuertes, cálidas y llenas de verdad, crean unos personajes envueltos en seda y terciopelo. Pero no son los únicos que juegan un papel importante en esta película: los colores, los planos y la música, se compactan entre sí, bañando las secuencias de vida. Un desfile de talento y buen gusto, en el que solo patina John Kortajarena, cuya belleza es incapaz de esconder sus carencias interpretativas. No se confundan, Un hombre soltero, no es una película para todos los públicos. Aquellos dotados con una cierta sensibilidad, sabrán apreciar esta insuperable carta de presentación.

Ángel Caballero

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