Ayudado por las soprendentes interpretaciones de los televisivos Leandro Rivera, Elena Furiase o Antonio Hortelano, fui un rebelde sin causa que cogió una guitarra y no se sublevó ante una dictadura. En estos tiempos en los que la inocencia quedó olvidada en algún poema de Machado y la desconfianza nos invade, es maravilloso descubrir que hace años hubo alguien que no tuvo miedo de decir te quiero, en una casa de lluvia, amor y fuego.
Ángel Caballero
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