viernes, 15 de febrero de 2008

Fabulosa CARMEN

Se presentó como una brisa de verano en pleno febrero: chaqueta verde, su inseparable perra y el ángel de la guarda, que no pudimos ver pero sí sentir bajo el calor de una mirada cómplice, la suya. Durante un par de horas, una elegante sonrisa nos descubrió su alma y nos hizo participes de anécdotas, consejos, trucos. No faltó alguna confidencia que alimentó la parte más cotilla de nuestro ego.

Jugamos a princesas, a indios y vaqueros, averiguamos sus próximos proyectos. Nos explicó cómo ligar con la cámara, de cine o televisión porque, como ella dice, cualquier medio de expresión artística es igual de válido. Sin haber asistido nunca a una clase de interpretación impartió una lección magistral sobre la profesión del actor.

Aquella tarde le pedimos un milagro a Santa Lesmes. En vez de éso, convocó a la voz de la experiencia para demostrar que aunque los milagros sean un espejismo todo se puede conseguir con trabajo, esfuerzo, humildad y muchas ganas de aprender cada día

Gracias por brindarnos esta oportunidad.
Gracias, Carmen, por el tiempo compartido.

Ángel Caballero

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