De camino al guardarropa pensé que me pondría unos pantalones anchos, grandes zapatones, un bastón y un sombrero hongo. Quería que todo fuera una contradicción: los pantalones holgados, el abrigo ceñido, el sombrero pequeño y los zapatos grandes. No tenía ni idea de mi personaje. Pero en cuanto estuve vestido, la ropan el maquillaje me hicieron sentir que clase de persona era. Empecé a conocerlo, y cuando entré en el escenario ya se había formado por completo. Cuando me presenté en el set, entré como el personaje y empecé a pavonearme, balanceando el bastón y paseándome ante él. Los gags y las ideas cómicas se me agolpaban en la cabeza.
Charles Chaplin
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