Jo, tía qué fuerte. Me quedé tirao con el Iron Man y tuve que meterme en Cobardes. ¡Vaya peñazo! La historia es como las que ve mi vieja en El diario de Patricia. Que si mafiosos, profesores chungos, políticos y niños más rallaos que los figurantes de los gremlins. Te juro por la plei que si los llego a tener cerca les parto la cara a los pijos esos.
Los muy gilipollas, en vez de plantarse en el botellón, como hace el personal, se ponen a repartir mandobles para poder grabar la bronca con el móvil, sin importarles siquiera quedarse sin batería. Si entré por alguien fue por la Padilla, porque siempre te partes el culo de risa con ella. Aquí tiene su punto, en plan tía tope de rancia, con un acentillo que es la caña, entre andaluz y catalán. Al final, sin embargo, me gustaron mucho los otros actores; no sé, eran más creíbles.
Hasta ése que hace de cocinero mafioso y que prepara unas pizzas con una pinta… ¡Sales del cine dispuesto a desvalijar un chuarma entero! A punto estuve de sacar mi lado más salvaje y arrancarle el cubo de palomitas a la tía que hace de la Macu de la Aída. Es clavadita a como sale en la tele, quiero decir que la guipas sin problema. No me preguntes si habla más fino porque se sentó a mi lado, con otro menda que sale en el Hoy no me puedo levantar, y no dijeron ni mú.
En fin, nena, que para una de estas pelis me mola más la Cameron Díaz. Los colegas éstos parecen sacados de uno de los vídeos que nos enchufan en el insti. Paso del compañerismo, vaya rollo.
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