Desnudaste tu cuerpo pero también alma al regalarnos una parte de ti que solo unos pocos conocíamos.
Jugaste bien tus cartas sobre una cama con sábanas de seda que se deslizaban por tu cuerpo mientras tu compañero se emocionaba al escucharte pronunciar las palabras más sinceras y crueles que una mujer puede decir.
Fue entonces cuando quisimos seguirte por un laberinto de emociones que desenbocaban en tu propio cielo, un lugar donde solo dejaste entrar a tu director, ese que te hecho crecer como persona y actriz convirtiendote el pasado jueves, en la reina del cine Capitol.
Sofía gracias por dejarme acompañarte en esta aventura maravillosa de luces y sombras en la que tú brillas con luz propia.
Ángel Caballero
2 comentarios:
No he visto el corto pero en fin...que pedazo de crítica!Me alegro Sofía que tu estrella empiece a brillar en una gran pantalla (y la mejor la del cine Capitol), como te mereces...
Flojo, flojo, no me ha parecido tampoco nada del otro mundo, la verdad...
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