La Xirgu, pronunciado con una “L” bien catalana, fue la primera gran actriz española con proyección internacional. En los años de la República estrenó a los mejores autores y se convirtió en la musa de Lorca. Hoy una exposición recupera una figura ahogada por el franquismo.
La actrizMargarita Xirgu y Subirà nació en Molins del Rei (Barcelona) en 1888 pero su vida estaría más marcada por la II República que por el topónimo de su lugar de nacimiento. Hoy apenas unos pocos excéntricos fanáticos de la historia del teatro la recuerdan pero en su momento, mientras la situación política se lo permitió, fue la mayor renovadora del teatro español y una figura que todavía no tiene sucesora. Entre sus mayores logros está convertir una pequeña ciudad de la España profunda, a tan sólo un tiro de piedra de Las Hurdes de Buñuel (1932), en la capital mundial del teatro clásico. Ella abrió el Festival de Teatro Clásico de Mérida (por aquel entonces Festival de Arte Clásico) con una Medea (Séneca) traducida por Don Miguel de Unamuno. Pero no será este el único nombre precedido de título que aparezca en su biografía; con un arrojo y libertad que sorprende en nuestros días, estrenó en España con su compañía (dediquemos un segundo a reflexionar: una compañía propiedad de una mujer catalana en los albores del siglo XX) textos de Valle-Inclán, Oscar Wilde, Bernard Shaw, Manuel Azaña, Rafael Alberti, Alejandro Casona y, sobre todo, Federico García Lorca. Desde que se conocieron en 1926, la Xirgu era “La actriz” y Lorca “El autor”. Prácticamente todos los textos del granadino que acuden a la mente de un lector contemporáneo fueron estrenados, no siempre de forma fácil, por Margarida Xirgu. Mariana Pineda, con decorados de Salvador Dalí (1927); La zapatera prodigiosa (1930), Yerma (1934), Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores (1935) y el reestreno de Bodas de sangre (1935) hicieron del tándem artístico un referente internacional en renovación, atrevimiento y vanguardia. En 1896 un grupo de obreros le pide a la adolescente que lea en una taberna un manifiesto reivindicativo. Este acto casi improvisado sería su primer aplauso y todo un símbolo de toda su carrera. Al poco tiempo debutaría en el teatro con “Mar i cel”, el texto que en los últimos años tantas alegrías ha dado a la compañía Dagoll Dagom, y comenzaría así la leyenda. Se la reclamó en giras mundiales que duraban años y sería iniciando una de ellas, en 1936, cuando el principio de la guerra le pilló en Uruguay y nunca pudo regresar a España. Mujer, de izquierdas y con poder económico y social, mal asunto para un régimen que se encargó de hacer desaparecer su memoria de los libros de historia. Sin embargo, ella estuvo hasta su muerte estrenando a los autores proscritos en América Latina y EE.UU. y participando activamente en el área de cultura de los Gobiernos en el exilio, lo que le valió que Franco eliminara cualquier posibilidad de regresar al país y se apropiase de sus bienes. Murió en Montevideo en 1969.
La exposición
Se puede visitar de forma gratuita hasta el 10 de Junio en el Teatro Español de Madrid la exposición “Margarita Xirgu. La primera actriz”. En realidad no es mucho más que una recopilación de algunas decenas de fotografías, un par de trajes y recortes de prensa de la época. El mismo comisario de la exposición admite en el texto introductorio que se realizó sin apenas tiempo. Se cumplen 75 años del estreno de Medea en Mérida y había que hacer algo, aunque al parecer las autoridades tardaron en darse cuenta (quizá sea porque se trata tan sólo de la 54ª edición del Festival). La exposición, facilona, se deja ver en una tarde de paseo por la plaza de Santa Ana y resulta, como primer acercamiento a una figura desconocida, interesante. Sin embargo, si de verdad se quiere hacer justicia histórica con una mujer a la que el teatro español le debe muchísimo tanto estilísticamente como en repercusión internacional habrá que reintroducirla en los libros de texto y de historia de donde el Régimen fascista y sus herederos nunca la debieron sacar.
"Margarita Xirgu fue una excepcional actriz verdaderamente audaz. En plena Dictadura de Primo de Rivera estrenó a García Lorca, "Mariana Pineda", que fue prohibida. Y luego, recién llegada la República, llevó a escena "Mi Fermín Galán", donde apareció encarnada de virgen republicana, descendiendo de su altar con un fusil para socorrer a los sublevados de Jaca". "Yo soy un admirador ferviente de Margarita Xirgu. Soy un religioso fanático del Arte, y en el Templo del Arte, entre los muchos altares que en él se erigen, encuentro siempre el de la Xirgu, y ante él muchas veces inclino mi rodilla... Margarita es no ya una artista maravillosa, sino una esclava, una servidora de su religión".
Rafael Alberti
Aarón Navia
Artículo original en
Tercera información.
Qué: Exposición “Margarita Xirgu. La primera actriz”
Dónde: Teatro Español. Plaza de Santa Ana, Madrid
Cuándo: 13 de Mayo a 10 de Junio de 2008
Entrada Gratuita.