En principio, uno ve el cartel y el subtítulo "Más allá de la pasión" (horror de los horrores, ¿a quién se le ocurre poner estas frases debajo de los títulos?) y piensa que es otra película romántica más, de época, cursi, blanda. Si además, uno se fija en Keira Knightley a quien, admito, tengo cierta tirria, peor todavía. Pero no os dejéis ofuscar, id a verla a pesar de todo. Como hice yo.
Ya no es que no sea cursi, ni blanda. Sino que es una historia romántica en el buen sentido, en el sentido de los
amores imposibles, duros, crueles; de los personajes egoístas y vanidosos que sufren una
transformación con el sufrimiento del amor y del devenir de la Historia; de la culpa, los celos y la
redención.
"Expiación"
no es una película común. No porque la historia sea la más original mundo, sino por cómo se cuenta. No os quiero desvelar nada para que disfrutéis tanto como yo, pero dejaros arrastrar por ese caluroso verano inglés que huele a hierba y suena a cigarras, por el sonido del teclear de la máquina de escribir, por esa niña de mirada azul e imaginación desbordante, por esa guerra cruel y caótica que tiene su reflejo en esa playa de Dunkerke con todo el ejército inglés en plena retirada. El infierno. O el cielo, si tienes en alguien en quien pensar y alquien a quien volver.
Todavía está en cartelera. Y seguirá todavía mucho tiempo porque está nominada a un montón de cosas en los Oscar, incluido
mejor guión adaptado y mejor película. Pero no lo dejéis para el último momento. Id a verla. Porque merece la pena.
Y de paso, leed el libro:
"Expiación" de Ian McEwan, Ed. Anagrama.
Ainara Echaniz