
A partir de aquí un crítico relamido diría que "asistimos a un duelo de titanes en toda regla", frase lapidaria digna del mejor Fotogramas. Anotaría el cinéfilo que el omnipresente Brannagh nos deleita con su peculiar visión, mucho más arriesgada y vanguardista que su predecesora. Un buen final para la crítica sería éste: ayudado por su particular manejo de la cámara, el director de "Los Amigos de Peter" realiza un remake que, como mandan los cánones, sólo recuerda al original en el titulo, algún giro de guión y ciertas sutilezas para mantener viva la memoria del admirado Mankiewicz.
Gracias a Pinter, anoto yo, la historia parece más acorde a este tiempo. Por cierto, a falta de presupuesto para caviar, me conformo con unas huevas muy dignas que encuentro de vez en cuando en cierto Seven y eleven. Todo, incluso los manjares, tienen su momento. Que os aproveche.
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