
En verso o prosa, con acento o sin él tus palabras envuelven mi corazón dejandolo sin respiración. Confieso que me he enamorado de una sexykiller, que he ido a ver tus asesinatos en repetidas ocasiónes y que estoy dispuesto a morir por una sola mirada tuya. Nunca antes el humor, la inteligencia y la elegancia tuvieron cabida en un cuerpo tan pequeño como el tuyo.
Te he visto en fiestas, photocalls y alfonbras rojas pero yo me quedo con la Macarena que se quita los zapatos cuando ya no puede caminar, la que entre cañas te da los mejores consejos... Felicidades Macarena has convertido a tu Sexykiller en la Barbarella del siglo XXI.
Ángel Caballero
No hay comentarios:
Publicar un comentario